Hoy en día existen muchos mitos que
hacen que las personas crean que se pueden infectar: poniendo unos ejemplos de
ellos:
·
Abrazar y dar caricias a un enfermo
·
Darle la mano a un enfermo o infectado
·
Picaduras de insectos o mordeduras de animales
·
Compartir la misma aula
·
Utilizar el mismo cepillo para el cabello
·
Utilizar los mismos vasos, platos, tenedores, etc.
·
Besar a una persona infectada
·
Usar la misma ropa
·
Y muchos más.
a) Por acción
o por omisión. La situación de discriminación puede
ser el resultado de una acción o de una omisión; este último sería el caso en el
que, por la especial situación de vulnerabilidad
en que se encuentran las personas que conviven con el VIH/SIDA, sean necesarias ciertas medidas y no sean adoptadas, generando
de ese modo una situación de desigualdad con
el resto de personas en el acceso a los derechos fundamentales.
b) Intencional o no
intencional. Es decir, que la norma sea
discriminatoria por sus efectos, con independencia de que se haya tenido o no
dicha finalidad. Incluso, en ciertas ocasiones, una norma discriminatoria puede
ser la consecuencia de acciones bienintencionadas.
c) Simple o múltiple. La discriminación simple se produce
cuando la persona es discriminada exclusivamente en razón de vivir –o ser
sospechosa de convivir– con el VIH/SIDA. En el
segundo, la convivencia con el VIH/SIDA –o sospecha– es una, entre otras, de
las razones por las cuales se sufre la
discriminación (por ejemplo, tener preferencias homosexuales, o ser mujer, o ser una persona usuaria activa de drogas).
d) Directa o indirecta. El Protocolo define la discriminación
directa como aquella que se
basa explícitamente en características de los
individuos. La indirecta es definida como cualquier
práctica, norma, requisito o condición que sean neutros, pero que tengan el
efecto de discriminar grupos específicos que no
puedan atenerse a dichas reglas. Se trata, por
tanto, de requisitos, normas o prácticas que sean aparentemente neutros y que puedan ocasionar una desventaja particular a las personas
que conviven con el VIH/SIDA.
Es tanto miedo el que tienen que no todas las
personas con esta enfermedad lo dicen. Ya sea por no perder un trabajo, tal vez
una familia o un núcleo social.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario